Imagina que acabas de preparar una tirada grande de sublimación. Estás confiado en que todo saldrá perfecto, pero al abrir la prensa térmica… ¡manchas de tinta, arrugas y un desastre
Imagina que acabas de preparar una tirada grande de sublimación. Estás confiado en que todo saldrá perfecto, pero al abrir la prensa térmica… ¡manchas de tinta, arrugas y un desastre